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dijous, 20 d’agost del 2009

Brandada, todo un mundo. Orígenes

La brandada representa una de las fórmulas más antiguas de preparar bacalao. Se suele decir que procede de la cocina medieval, aunque su receta primitiva dista mucho de las elaboraciones actuales, que surgen a partir de la revisión que hace la cocina francesa, no está de más recordarla.
Como idea, se llama brandada a una majada en mortero, que se hacía con ajos pelados y bacalao medio desalado, ligándose con un hilo de aceite de oliva, más o menos como un allioli. La evolución de este plato pasa por Nimes y Lyon, donde viene a dividirse entre brandada con o sin patata. Lógicamente, cuando se añadía patata, se facilitaban las cosas de la emulsión, aún con una notable pérdida de la textura conseguida a base de montar (es decir, brandar)
En Nimes, los resturantes generalmente mantienen la tradición de añadir patata y gratinar. En Lyon, la Mere Brezier, transformaba la ruda composición provenzal, en una crema, añadiendo mantequilla y crema de leche, desterrando la patata tramposa.
Cerca de Francia, se iba creando todo un hilo de brandadas, destacando entre todas, el mantecato veneciano, aperitivo clásico y muy agradable.